El Parlamento Europeo ha aprobado, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, el informe sobre la aplicación de una tasa a las transacciones financieras, conocida como tasa Robin Hood, con la que recaudar fondos destinados a financiar servicios públicos, incluyendo el desarrollo y el cambio climático.
Esta tasa consiste en un gravamen del 0,05 por ciento sobre las transacciones financieras que se realicen en los países firmantes. El dinero se destinaría a reducir las desigualdades sociales a nivel nacional e internacional, a combatir la pobreza y a luchar contra los efectos del cambio climático. De este modo se calcula que, con la aplicación de esta tasa, se recaudarían más de 300.000 millones de euros en todo el mundo cada año.
El objetivo es introducir en la Unión Europea un impuesto a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de aquellos sectores no incluidos en el sistema de comercio de derechos de emisión, como el transporte o la vivienda. Los países nórdicos ya aplican este tipo de tasa en el ámbito nacional pero Reino Unido, Polonia e Irlanda se han mostrado reacios en repetidas ocasiones a que la fiscalidad sea una cuestión que se decida a escala comunitaria en lugar de nacional.
Con la aplicación de esta tasa se recaudarían más de 300.000 millones de euros en todo el mundo cada año. En España, la Fundación Ideas tasa esta cifra en 6.300 millones de euros.
Fuente: www.fundacionentorno.org