Recientemente, las costas españolas han sido testigos de la aparición en grandes cantidades de salpas, organismos marinos gelatinosos que, aunque inofensivos para los humanos, han generado curiosidad y cierta preocupación entre los bañistas. Las salpas, pertenecientes a la clase Thaliacea y comúnmente representadas por especies como Salpa fusiformis y Salpa maxima, son parte integral del ecosistema marino, y su presencia puede ofrecer indicaciones sobre la salud del océano.
¿Qué son las salpas?
Las salpas son organismos marinos pertenecientes al grupo de los tunicados. Se caracterizan por su cuerpo transparente y cilíndrico, lo que les da una apariencia similar a las medusas, aunque biológicamente están más relacionadas con los vertebrados. Las especies más comunes de salpas incluyen Salpa fusiformis y Salpa maxima, ambas conocidas por formar grandes agregaciones en los océanos. Estos organismos se alimentan de fitoplancton filtrando el agua a través de su cuerpo, lo que les permite desempeñar un papel crucial en el ciclo del carbono en los océanos.
¿Son buenas o malas las salpas?
Las salpas no pueden clasificarse simplemente como «buenas» o «malas»; su presencia en el ecosistema marino es natural y, de hecho, beneficiosa en varios aspectos:
1. Regulación del Ciclo del Carbono: Las salpas juegan un papel importante en la regulación del ciclo del carbono en el océano. Al alimentarse de fitoplancton, absorben carbono, que luego transportan a las profundidades marinas en forma de heces, ayudando a reducir el carbono en la atmósfera. Este proceso es particularmente relevante en las especies como Salpa fusiformis, que son capaces de formar grandes agregaciones y, por lo tanto, tienen un impacto significativo en el transporte de carbono.
2. Parte de la Cadena Alimentaria: Aunque no son depredadores significativos, algunas especies marinas se alimentan de salpas, integrándolas en la cadena alimentaria y apoyando la biodiversidad del ecosistema.
3. Indicadoras del Estado del Ecosistema: La proliferación de salpas puede ser un indicativo de cambios en las condiciones oceánicas, como un aumento en la temperatura del agua o en la cantidad de nutrientes, lo que puede reflejar la salud del ecosistema marino.
1. Aumento de la Temperatura del Agua: Durante el verano, la temperatura del agua sube, creando un ambiente favorable para la proliferación de salpas, que prosperan en aguas más cálidas.
2. Mayor Disponibilidad de Alimentos: En verano, el fitoplancton, que es la principal fuente de alimento de las salpas, tiende a multiplicarse debido al aumento de la luz solar y la temperatura del agua. Esto crea las condiciones ideales para que las salpas se reproduzcan rápidamente.
3. Cambios en las Corrientes Oceánicas: Las corrientes marinas pueden traer consigo grandes cantidades de salpas desde otras áreas, especialmente durante los meses de verano cuando estas corrientes se ven afectadas por variaciones estacionales.